"Te echo de menos, le digo al aire
Te busco, te pienso, te siento y siento
Que como tú no habrá nadie"
"Y aquí te espero, con mi cajita de la vida
Cansada, a oscuras, con miedo
Y este frio, nadie me lo quita"
Era un día frio, ese frio que hace cuando se anuncia la entrada de un otoño fúnebre. Cierta pelirroja se encontraba sentada a orillas del lago que formaba parte de esa casa, que alguna vez estuvo llena de vida, de risas, de gritos, de juegos… sin embargo ahora se encontraba vacía, vacía como su corazón, una lagrima rodo por sus mejillas, tantos recuerdos le hacían mal, ella eso lo tenía bien pensado, pero no podía olvidar lo que ese triste otoño significaba, lleno de terror, lleno de dolor.
Si, sentía frio, y no solo frio, también incertidumbre y una tristeza infinita, necesitaba verlo de eso estaba segura, sin embargo también se encontraba desilusionada, pero a la vez una luz de esperanza se encendía, o más bien ella intentaba encender, día a día soñaba, imaginaba el verlo llegar caminando hacia ella con ese cabello negro azabache revuelto por el aire, con esos ojos verde jade y esa cicatriz, la cual era la causante de su ausencia, ya que el estaba destinado a combatir para lograr el cambio para que aquella tristeza y dolor que se sentía en el aire se acabara… aunque eso significara que también pueda acabar con su vida
"Tengo razones, para buscarte
Tengo necesidad de verte, de oírte, de hablarte"
"Tengo razones, para esperarte
Porque no creo que haya en el mundo nadie más a quien ame"
No podía evitarlo, lloraba por su ausencia que difícil erra intentar vivir sin el, ya que había conocido la vida a su lado, muchos le decían que era un momento de muchos que volverían a pasar en su vida pero no era así, ella lo amaba, desde antes de conocerlo, pero él la había alejado una vez mas de él, antes lo hacía, pero él no lo sabía, porque ella no era más que la hermana de su mejor amigo, pero al momento que supo que ella ya no era más que la hermanita, si no más que eso, la mujer que robaba sus pensamientos, el mundo cambio para ella, por fin había podido derrotar a Cho, no solo en el quidditch sino que también en que ella y solo ella ocupaba un lugar en su corazón, por Merlín cuanto lo amaba y jamás lo dejaría de hacer, el recordar su piel rozar su espalda en aquel momento que le pidió que le subiera la cremallera le erizo la piel y ante aquel pensamiento sus mejillas se ruborizaron sin poder evitarlo.
El tiempo que pasara ahí sentada no le importaría, pues estaba dispuesta a esperarlo ahí aunque eso le llevara toda su vida, nada ni nadie evitaría que ella lo dejara de esperara en ese lugar, pues es ahí donde ella había conocido el amor, tantos momentos importantes ella había pasado ahí, en ese mágico lugar, pensó mientras sonreía con nostalgia.
—Ginny, ¿ qué ocurre?—. le pregunto su madre
Ginievra Weasley se limpio sus lagrimas en un intento inútil que su madre no la viera llorar
—Nada madre—. le contesto
—Nada tesoro—.le pregunto mientras la miraba con reprocho— Es inútil hija, el no volverá pronto, y no es necesario que estés llore y llore, el querría que tu estés bien
—Si madre, pero no puedo, tan solo pensarlo, tan solo el hecho de imaginar que algo les pasara...Yo…yo— y no pudo continuar la frase, ya que las lagrimas comenzaron a desbordarse por aquellos ojos, castaños.
"Tengo razones, razones de sobra
Para pedirle al viento que vuelvas
Aunque sea como una sombra
Tengo razones, para no quererte olvidar
Porque el trocito de felicidad fuiste tú quien me lo dio a probar"
Su madre la abrazo acariciando aquella melena de fuego intentándola consolarle aquel dolor
—No llores Ginny, no es momento de llorar sino de ser fuertes— le dijo Molly
—Tienes razón madre, debemos ser fuertes la causa la merita — contesto la pelirroja con un dejo de tristeza.
—¡Mira la hora que es!, y la cena aun no esta lista, no tardes más querida y ya ven a cenar
—Si madre ya voy…—
Su madre caminando con rapidez se fue alejando
Tenía que vencer esa agonía que la acompañaba, tan duro tan difícil, como lo haría, en momentos como este se preguntaba donde había quedado la Ginny valiente, no está que era una copia barata de Cho, pero que había pasado con esa pelirroja que no le tenía miedo a nada ni a nadie, y que siempre estaba ansiosa de luchar, donde había quedado esa niña, convertida en ahora una mujer… una mujer cobarde.
"El aire huele a ti, mi casa se cae porque no estas aquí
Mis sabanas, mi pelo, mi ropa te busca a ti
Mis pies son como de cartón
Que voy arrastrando por cada rincón
Mi cama se hace fría y gigante
Y en ella me pierdo yo"
se levanto con mucho esfuerza, se acerco hacia el lago y comenzó a caminar mirando, sin mirar, pensando que quizás, si tenía Razones para seguir mejor, sin embargo, decidió suspirara cerrar los ojos y pensar en el , en todos los momentos llenos de alegría en su vida
se levanto y sacudió su traje con pasos lentos camino hacia la madriguera.
"Mi casa se vuelve a caer
Mis flores se mueren de pena
Mis lágrimas son charquitos
Que caen a mis pies"
Entro a la madriguera y subió las escaleras se le acababa de ocurrir una idea para que el pelinegro por el cual ella estaba enculada* supiera algo de ella y tal vez solo tal vez el supiera algo de él, se inclino dentro de su baúl y comenzó a buscar un pergamino y una pluma, busco su frasquito de tinta y comenzó a escribir en el con letra legible e intentando no llorar para no correr la tinta.
"Te mando besos de agua
q hagan un hueco en tu calma
Te mando besos de agua
pa que bañen tu cuerpo y tu alma"
Harry:
Solo quería que supieras que estoy bien, y que pienso mucho en ti, al igual que me gustararia saber cómo te va, sin embargo te extraño mucho, y siento que aun no hayas podido tener gran avance en tu búsqueda, lamento mucho no poder estar a tu lado apoyándote, al igual que solo quiero decirte que si no te olvido y sigo siendo fuerte es porque tengo Razones para aun quererte, las cuales tal vez en algún momento cuando todo esto acabe, podamos conversarlas, aun te quiero, y te mando un beso y estoy segura que todo esto acabara pronto y tu saldrás victorioso.
GW.
Sonrió, enrollo el pergamino y con un hechizo, su pergamino desapareció, y deseo con todo el alma que aquella nota le llegara a Harry Potter sin ningún peligro y que no lo afectara, sonrió para sí misma, sabia sus razones, y las razones por las cuales si Harry la libraba sin ningún problema ella, jamás lo dejaría ir otra vez…
"Te mando besos de agua
Para que curen tus heridas
Te mando besos de agua
De esos con los que tanto te reías"
En la oscuridad de la noche cierto joven de ojos esmeraldas se movía sin control, en su bolsa de dormir, no podía, los ronquidos de su compañero pelirrojo eran demasiado fuertes, se dispuso a girarse a la izquierda cuando el sonido de un pergamino lo levanto estaba a su lado le recogió y abrió, convocando un hechizo iluminador leyó lo que traía escrito, era de Ginny, su Ginny, oh, cuanto extrañaba a esa pelirroja, y al fin su deseo se había concedido, era cierto ella tenía sus Razones, sin embargo el también tenía sus razones, para aun no poder olvidarla.