Era algo para lo que no estaba preparado, encontrarse con ella en esas circunstancias… con su cálido aliento recorriéndole el rostro, su oloroso y flagrante cabellera rosándolo lentamente… envolviéndolo en la locura, llenándolo de frenesí.
De no haber sido porque David le pidió de favor que fuera buscarla no se encontraría en este dilema, entro en su camerino sin llamar y sintió como si el tiempo se detuviera en ese momento y lo único que existiera fuera ella, bloqueando el ruido del exterior permitiéndole respirar el mismo aire y a su corazón latir al mismo ritmo.

Parecía una ninfa con su larga cabellera pelirroja envuelta en una diáfana toalla que apenas le cubría el cuerpo, como una autómata cerro la puerta a sus espaldas prácticamente sin percatarse en lo que estaba haciendo, enfocándose simplemente en la diosa que tenia al frente, con su hermoso rostro, su carnosos y rosados labios, el leve rubor que cubría sus mejillas otorgándole un aire de inocencia que rivalizaba con sus seductoras curvas las cuales le pedían a gritos ser acariciadas.

Se acerco a ella leyendo en sus ojos el mismo deseo que sentía él en esos momentos, deseo de recorrer su cuello lentamente con sus dedos, de sentir sus manos en su torso acariciándolo y su cuerpo pegado al suyo en perdida lujuria, de saborear sus labios para comprobar si sabrían tan apetitosos como parecían, de adentrar sus manos en esa cabellera de fuego que tan bien la representaba, porque eso era Bonnie: Fuego.

Se acerco tanto que solo un suspiro cabria entre ellos y bajo la cabeza lentamente permitiéndose saborear el momento, algo que no creyó poder hacer nunca, era su amiga… pero la atracción que tenían ya no la podían pasar por alto, bajo la cabeza sintiendo como su aliento rozaba sus labios anhelantes de mas rozándole la boca con un levísimo contacto, pero el calor que sintió al roce lo descontrolo. Le separó los labios y deslizó la lengua en su boca, creando un profundo anhelo en su interior que lo aturdió por completo.

No trato de Luchar contra el poderoso apremio de su cuerpo. La cabeza le daba vueltas debido a todas las sensaciones que su cuerpo estaba sintiendo en ese momento a causa de su contacto. Pero aquello no explicaba su abrumador deseo ni las ganas que sentía de poseerla con locura abrasadora.

Sabía que tenía que parar, pero sus labios eran tan cálidos y receptivos que quería continuar con el asalto de su boca con paralizadora languidez... moldeando, saboreando, atormentándola. Todos sus sentidos se veían asaltados mientras la lengua de Bonnie topaba con la suya, provocativamente, enredándose en una danza sensual.

Con un sonido mezcla, de suspiro y gemido, la joven se rindió.
En respuesta, él profundizó el beso.

Pudo sentir como lentamente al separarse susurraba su nombre mientras lo miraba con los claros ojos azules.


“Tom”… el susurro salía de sus labios de forma apremiante…

“Tom….”

“¡¡TOM!!”

Alguien lo estaba aporreando fuertemente, despertándolo de su deliciosa fantasía pensó con irritación. Al moverse para ponerse de pie se le cayó el guion en el que estaba concentrado antes de quedarse dormido.

-Así que en esto pasas tu tiempo cuando dices que te retiras a leer tus líneas. –dijo una voz risueña. –Pues no es que estuvieras memorizándote ninguna que digamos. –comento riendo.

La masa de cabello pelirrojo con el que había estado soñando se agitaba con rapidez frente a su rostro, mientras la cara de su fantasía se burlaba abiertamente de él por encontrarlo rendido durmiendo en el camerino. La mano de Bonnie estaba en su brazo mientras lo jalaba para que caminara a su lado.

-Vamos, es tiempo de tu parte, David me mando a buscarte… ¿Cómo es posible que te hallas quedado dormido? Estamos en el “Clímax” de le película. –añadió todavía con una sonrisa en sus labios y los ojos alegres.

-Si… este… claro vamos. –acepto mientras se dejaba guiar fuera, hacia el set. Tenia que aprender a contralar sus fantasías esa última además de ser muy vivida era imposible, ósea… ¿con Bon-Bon? Que buena jugada daba la mente a veces pensaba consternado mientras la escuchaba hablar con alegría de no sabia que le había pasado a alguno de los chicos, pero no podía negar que la curiosidad de saber que mas podía pasar en su sueño era mas fuerte que él mismo. O quien sabe lo sueños de vez en cuando se vuelven realidad pensó sonriendo.