HuesosPotter Jefas
Cantidad de envíos : 949 Edad : 39 Localización : México Reputación : 7 Puntos : 114849 Fecha de inscripción : 08/01/2009
| Tema: Cap. 2: Los sueños a veces se hacen realidad Por HuesosPotter. Regalo para J 0r. Dom Abr 18, 2010 12:23 am | |
| Yo no iba a publicar hasta que terminara, pero despues de nuestra platica... ya saben espero que les guste. Asuka, Jor... Gracias por la ayuda de despertar mi imaginación!!! Espero que les guste Chicas... Los sueños se hacen realidad Por Huesos Potter Capitulo 2 - Spoiler:
Capitulo 2
El tiempo parecía haber cambiado, muchas veces se movía tan deprisa y otras tantas, en cámara lenta, que era una mezcla interesante de percepciones. Mientras que para Harry había sido una eternidad la espera de Ginny, para ella el tiempo había pasado demasiado rápido, no ayudando en absoluto a calmar sus nervios, cosa que hasta para ella misma era extraña. Hacía tiempo que los nervios no la invadían de tal forma. Cuando entró al anexo de la sala de urgencias había encontrado a Harry en el mismo lugar donde lo había dejado. Sentado en la camilla refunfuñando algunas palabras, mientras trataba sin éxito de ponerse la camisa, al verla se detuvo de pronto sintiéndose estúpido por el espectáculo que estaba dando, pero ella solo lo miró con ternura provocándole algo en su interior. Él le regaló una sonrisa que provocó una sensación graciosa en el estomago de Ginny. Se acercó a él, ayudándolo a bajar de la camilla, mientras acomodaba y colocaba las prendas adecuadamente, cuando la ropa estuvo en su lugar y después de unas cuantas quejas por parte de Harry, salieron del hospital tratando de evitar las miradas de los curiosos. En el exterior, la noche era fría y estrellada, se miraron sin saber muy bien qué hacer después. Ginny lo tomó de la mano mientras doblaban en el siguiente callejón para desaparecer. Ambos aparecieron frente a la puerta del pequeño departamento de Ginny. El lugar no se encontraba lejos del hospital, pero ella sabía que él, no soportaría caminar todo el trayecto. Entraron después de que Ginny abriera la puerta, Harry quedó sorprendido por lo que observó. El departamento se parecía mucho al de él, solo que a una escala mucho menor. Era más acogedor que el suyo, quizás por los detalles que invitaban a que uno se quedara y se relajara en el lugar. -No es mucho, pero es casa. -Me gusta. -¿En serio? – indagó Ginny, mientras buscaba algún detalle en la expresión de Harry que le dijera que solo era un cumplido sin fundamento, pero no lo encontró, a Harry de verdad le gustaba su espacio. – Gracias – dijo ella, mientras la invadía una satisfacción diferente a la que sentía cuando sus amigos o familia comentaban de lo que había logrado con aquel pequeño piso. Ginny lo incitó a que se acomodara en el sofá de la salita, pero en vez de eso la sorprendió siguiéndola a la cocina, el lento movimiento de Harry, hacían que este pareciera una momia, de esas que aparecían en las películas muggles en blanco y negro que una vez vio con Hermione, pero no hizo ningún comentario, Harry se sentó en la mesita del comedor por llamarlo de algún modo porque en realidad era parte de la cocina, ofreciendo su ayuda dadivosamente, la cual Ginny rechazó con una sonrisa, después de todo Harry y apenas se podía mover. Ginny no recordaba haberse sentido de tal forma después de una jornada doble de trabajo, larga y extenuante, pero no sentía cansancio, algo dentro de ella quería cocinar para él, a pesar de la hora o del cansancio. La preparación de la cena pasó sumamente rápido, ya que solo era algo ligero pero lo suficiente para llenar al cuerpo. Hablaron de temas comunes y seguros, como Ron y Hermione o de los Weasleys, tratando de evitar de una forma sutil recuerdos y detalles comunes de una relación pasada. Observar la reacción de él al probar lo que había preparado provocó un placer inmenso en Ginny. Harry por su parte tenia meses sin una comida decente y casera, muchas veces un hombre no podía vivir de solo emparedados, hamburguesas y congelados, y lo que había preparado Ginny había sido exquisito de una forma sencilla, cuando acabó su plato, Ginny le sirvió de nuevo casi en la misma proporción que la primera vez y él no objetó por el contenido, devorando la cena con gusto. La cena terminó relativamente rápido, entre comentario y risas. Ambos se sentían relajados y en paz de una forma que no se sentían en años, se estaban conociendo nuevamente, recordando a los adolecentes que una vez fueron y conociendo a los adultos en los que se habían convertido. Y lo que ambos reconocieron, el uno del otro, les agradó de sobremanera. Quizás no era tiempo de remover viejas heridas, viejos anhelos o viejos recuerdos comunes pero sabían que el tiempo de una forma u otra traería nuevas cosas, no sabían si buenas pero era un comienzo. -¿Por qué terminaste con Paquidermo? -Patrick. -Da igual. -Esa es difícil. – suspiro Ginny con una pequeña sonrisa - Yo quería a Patrick… o al menos creía hacerlo… pero él quería compromisos que en esa momento no estaba segura o en condiciones de dar – Harry la escuchaba atentamente, sin hacer comentario, para Ginny esa situación era diferente, no había contado a nadie la razón de su rompimiento, pero contarle tal cosa a Harry era algo normal para ella, así que continuó con su respuesta – Creo que el noviazgo es un proceso, un compromiso, en el que dos personas comparten algo más que el gusto o quizás hasta el amor, donde se conocen, experimentan y aprenden uno del otro… que van ligadas a ciertas decisiones, responsabilidades y quizás hasta obligaciones… no sé si soy realista o una romántica empedernida… pero yo quería algo mas…- -¿lo amabas?- -Si… de alguna forma, creo que si… pero creo que no lo suficiente. -¿Por qué? Ginny no le contestó al momento, necesitaba poner en orden todas sus ideas, no es que Harry tomara a mal sus comentarios, pero muchas veces ni ella misma entendía lo que quería, o quizás si lo hacía y exteriorizarlas era lo difícil. Después de un ligero suspiro le contestó – No estaba segura de todo el compromiso que esa relación tenia o conllevaba… y no era justo ni para mí ni para él… no estaba lista para entregarme por completo a él… no estaba segura de formar ese tipo de relación con él… - Ese tipo de relación donde entregas tu corazón, tu alma y tu cuerpo, quiso completar pero no se atrevió. -No te querías casar… - comentó Harry provocándose un dolor intenso en su interior de solo imaginarla casada con aquel imbécil que fuera su novio por más de lo que a él le gustaría recordar. -No es que no me quisiera casar… pero siempre soñé con algo diferente. Quiero conocer a alguien que me llene sentimental y emocionalmente. Quizás ya no al hombre de mis sueños, pero si a alguien con quien pueda compartir algunos de mis sueños… - Harry estaba sin palabras, perdido en el anhelo de su voz, en la calidez de su rostro. Estaba perdido en ella. Ginny era diferente, actuaba y se expresaba diferente, pero podía reconocer a aquella adolecente que había iluminado su vida, como si fuera la vida de alguien más y no la de él. Ginny Weasley se había convertido en una mujer excelente. -Sabes Gin… a veces los sueños se hacen realidad… - Le dijo con una sonrisa de medio lado que provocó un vuelco en el corazón de ella. -Si… a veces lo hacen. – contestó con una sonrisa igual de tentadora a la de él. No hubo más que decir, cada uno perdido en la mirada del otro. Sus ojos miel fundidos en sus ojos color esmeralda. Cada quien recordando a su manera un pasado en común. Un beso de victoria después de un partido de quidditch, caricias robadas en los armarios o en los patios de Hogwarts, el dolor de la separación, un beso robado cargado de pasión juvenil, que se llevó el corazón del otro y la mayoría de sus sueños; recordaron noches de soledad, de desasosiego, de dolor, noches de espera en las que él no volvió y días tristes donde por cobardía y miedos él se había alejado de la único que siempre había querido. Sus vidas ya no eran las mismas, pero los sueños, esos sueños que no se pierden, que siempre están presentes y que te motivan a seguir, siempre estarían ahí, en esa parte que ellos mismos habían dejado dormidos, con el paso de los años. Algo sucedió en aquellas horas, en aquel momento en esa cálida cocina, algo que ambos aun no estaban preparados para reconocer o para aceptar. La noche había seguido su curso, no supieron cuanto tiempo había transcurrido desde que quedaron sumergidos en sus recuerdos, en sus miradas, en ellos mismos. Solo fueron conscientes cuando el reloj de la sala marcó las 3 de la mañana, rompiendo el hechizo en que ambos jóvenes habían caído, sin quererlo ambos regresaron a la realidad. -Es tarde ya… debería de irme… -¿Te quieres quedar? – Preguntó Ginny mordiéndose el labio. -¿Estás segura? – dijo Harry maliciosamente, cambiando de sobremanera el contexto de la sugerencia. Ginny soltó una carcajada sabiendo hacia qué dirección iba la mente de Harry. -En mi sillón…- Harry le contestó como si ella le ofreciera algo mucho más intimo que un mullido sillón de la pequeña sala – por muy tentadora que me resulte la oferta, necesito una cama… claro que si me haces otra oferta… - Le dijo mientras le guiñaba un ojo – Puedo considerarlo. -En tus sueños, Potter -mientras se reía del coqueteo descarado de él. Ginny no podía creer todo lo que se había reído con él durante esa noche. Pero sabía que tanto él como ella, estaban exhaustos por todos los acontecimientos del día, un día que tanto él como para ella había durado más de 24 horas. Harry hizo otro comentario sugestivo a lo que Ginny solo respondió rodando los ojos, mientras lo acompañaba a la puerta, claramente ninguno de los dos quería dar por terminada la noche. -¿Gin, que vas a hacer mañana?... te invito a cenar. Ella mordió su labio consternada por la negación que daría. – No puedo- -Ohh… bueno… yo… está bien…- Harry trató de disimular la decepción que sentía, quería verla de nuevo, pasar unas horas con ella, pero pensó que ella no quería lo mismo que él. -Tengo guardia mañana otra vez. Una sonrisa tonta iluminó el rostro de Harry, no lo estaba rechazando, simplemente ella no podía. El corazón de Ginny dio un brinco ante tal sonrisa. Harry Potter podía ser encantador, ese detalle no había cambiado, sino se había incrementado con el paso de los años. -Entonces te invito a comer – Propuso él con su mejor sonrisa. -Está bien. -¿En serio? – Harry no quería sonar ansioso pero estaba perdiendo la batalla contra la compostura y no le importó. -Si… yo te veo en tu departamento. -¿Sabes las dirección? -Si, fuimos a una fiesta hace años- -Con Paquidermos. -Patrick -No importa. Harry recordó tal ocasión como si recién hubiera ocurrido. En esa ocasión había cometido uno de los peores errores de su vida y casi se ríe de la ironía de su situación actual. Ginny notó algo en la actitud de él, mas no supo distinguir a que se debía tal reacción, quiso preguntarle qué había sucedido, pero quizás no era el momento, quizás con el tiempo tendría la oportunidad de tomarse tales libertades, pero eso solo lo diría el tiempo. -Te veo a la una – Dijo Ginny, regresando a Harry a la realidad, después de su visita a la noche de su tormento. -Te espero – asintió él de nuevo, con esa sonrisa en su rostro que convertía las piernas de Ginny en gelatina. -Buenas noches. -Buenas noches. Dijeron ambos mientras se acercaban lo suficiente para despedirse, la altura de Harry era considerable ante la pequeña estatura de ella, pero no fue ningún inconveniente. Harry sintió un deseo de besarla, de tocarla por completo, pero él no era nadie para ella, solo un amigo que se vuelve a reencontrar en el camino de la vida. El había perdido mucho más de lo que cualquiera podía imaginar. La había perdido años atrás, al no regresar por ella, al no regresar para ella. Harry depositó un ligero beso en la comisura de los labios de Ginny, lo suficientemente cálido y reservado pero a la vez con un roce de intimidad que la desarmó por dentro, despertando viejas heridas, pero también viejos sueños. Ambos podían reconocer la pequeña descarga de emociones que el ligero rose provocó en ellos, solo se miraron, sin decir nada, ni una palabra ni otra despedida. Era tiempo de tranquilizar sus corazones, sus mentes y sus cuerpos. Ginny cerró la puerta tras la salida de Harry, se apoyó en la puerta suspirando fuertemente, no sabía que estaba reteniendo el aire en sus pulmones, tampoco supo que una situación similar ocurría en el otro extremo de la puerta, donde él estaba apoyado tomando fuerzas para seguir su camino. Para los dos después de años de soledad, de años en que ninguno de los dos dejara entrar el amor a sus corazones, resguardando ese tipo de amor que te vuelve loco y que te calma el alma. Una noche fría, el reencuentro en un hospital devolvía lo que a ambos les faltaba, lo que los complementaba. Ese algo, que algunos llamamos amor.
ahí voy Jor... poco a poco con tu fic... Muñe espero que te guste... |
|
anatripotter
Cantidad de envíos : 845 Edad : 52 Localización : Argentina Reputación : 14 Puntos : 106168 Fecha de inscripción : 03/02/2010
| Tema: Re: Cap. 2: Los sueños a veces se hacen realidad Por HuesosPotter. Regalo para J 0r. Vie Abr 23, 2010 8:44 pm | |
| Bueno... lo lei... me tome un tiempito para darte mi perspectiva... me ha gustado mucho! La forma en que los presentas y se encuentran estuvo buena... me mato ese Harry que flirtea, y esa Ginny que se sorprende de esta actitud.. Vamos si Harry para el flirteo es un pelmazo!! jajaj, pero en fin... esperare el siguiente... |
|